jueves, 6 de agosto de 2015

Geófitas de Chile



Fotos de Juan Pablo Salgado (las tres primeras) y Benito Rosende (las tres últimas).

Geófita se refiere a las plantas que poseen estructuras subterráneas tales como bulbos, rizomas, tubérculos, raíces engrosadas, etc y que se valen de estas para sobrevivir en las épocas desfavorables. Cuándo las condiciones ambientales se vuelven adversas, la parte aérea (lo que sobresale del suelo) de las plantas geófitas se seca y sobreviven bajo tierra en espera a que las condiciones se vuelvan mas benignas. Esto puede verse bien en hábitats donde las diferencias en las condiciones ambientales sean bien marcadas en uno u otro momento del año. En Chile muchas geófitas son endémicas y monocotiledóneas, que son el grupo de plantas que incluye a los pastos.

Macaya (Placea arzae) en las bolsas posee bulbos, mientras que las Conanthera sp. posee cormos. La extracción de geófitas de su hábitat natural es una práctica dañina para estas especies, sin embargo, los ejemplares de la foto fueron colectados de un cerro en Lo Barnechea, Santiago, en un terreno donde se construiría arriba una casa, es decir, las plantas habrían muerto en las remociones y extracción de tierra, o bajo el concreto. (Foto de Juan Pablo Salgado).

Estas condiciones se dan, por ejemplo, en los Andes de la zona central de Chile donde podemos encontrar diferentes geófitas. Aquí es en verano donde crecen y en invierno cuándo perviven bajo tierra. El Sol de verano derrite las nieves y aumenta los causes de las aguas lo que permite el crecimiento de las plantas, en invierno las nevadas impiden el desarrollo de estas especies. Así, durante el período de tiempo que tienen disponible para desarrollarse florecen, llamando a cientos de polinizadores que abundan mientras pueden. Una de las plantas mas amenazadas de Chile es una geófitas de los Andes de la Zona Central. Se trata de Tecophilaea cyanocrocus llamado comúnmente como azulillo, aunque no debe confundirse con Pasithea coerulea, otra geófita que recibe el mismo nombre común. Esta especie por poco se extingue en su hábitat natural producto de la extracción desmesurada de cormos para ser vendidos por la belleza de sus flores, así como el sobrepastoreo del ganado en los sectores donde crecía.

Tecophilaea cyanocrocus (foto tomada del siguiente link: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-66432002000200004)

En la zona central también posee un sector de clima tipo mediterráneo caracterizado por veranos calurosos y secos e inviernos lluviosos. En esta zona crece el matorral y bosque esclerófilo que destaca por su alto grado de endemismos tanto a nivel de flora como de fauna. Es durante el invierno que las lluvias activan el crecimiento de las plantas que asoman sus hojas, durante la primavera florecen y a fines de primavera e inicios del verano dan las semillas, para secarse luego en verano frente a la escasez hídrica. Algunas de estas especies son  la macaya (Placea arzae) o la flor de gallo (Alstroemeria ligtu), ambas endémicas. La flor de gallo pertenece a la Familia Alstroemeriaceae, que cuenta con muchas conspicuas y geófitas especies en territorio nacional. Bajo los árboles del bosque  crecen algunas de estas plantas en las laderas de exposición sur, mientras que otras especies prefieren las laderas mas asoleadas de exposición norte, entre los matorrales.

Rhodophiala advena, esta geófita del bosque esclerofilo, a diferencia de la mayoría, florece en pleno verano (foto de Benito Rosende)

Las Orquídeas son otra Familia bien representada en Chile,en donde todas las especies son geófitas, en cambió en otros países las hay epífitas. Una gran cantidad de estas especies son endémicas de Chile, se encuentran esporádicamente híbridos entre especies diferentes y algunas orquídeas son reclasificadas y otras complicaciones taxonómicas haciendo de su clasificación un tema complicado.

 
Izq: Gavilea longibracteata; Der: Chloraea sp. (fotos de Juan Pablo Salgado)

 Una pequeña abejita nativa (Colletes seminitidus) sale de una oquídea (Bipinnula plumosa) con una "mochila" de pólen adosada a su espalda llamado "saco polínico" (foto de Juan Pablo Salgado)

Para finalizar el tema, quisiera hablarles acerca de un espectáculo natural que se da en nuestro país, en el desierto más árido del mundo. Me refiero al "desierto florido", fenómeno que ocurre durante el fenómeno de El Niño, evento climático en el cuál en anticiclón del pacífico ubicado frente a las costas de la IV y III Regiones se desplaza lo que favorece la evaporación de masas de agua marina que se traducen en lluvias. Estas lluvias sacan de su letargo una infinidad de geófitas, la gran mayoría de carácter endémico y cuyo crecimiento desencadena una explosión de vida al ver los insectos y sus predadores una mejora en las inhóspitas condiciones del desierto. Todo esto atrae diferentes visitantes: turistas, fotógrafos, etc que vienen por la maravilla escénica y que contribuyen con ingresos para las comunidades locales. Un lugar donde poder apreciar este fenómeno es en el Parque Nacional Llanos del Challe.

Lamentablemente aquí también llegan personas inescrupulosas que cortan flores o extraen bulbos ¡Incluso recolectan algunos de los insectos de desierto florido! Estas prácticas han puesto en riesgo la sobrevivencia de la garra de león (Bomarea ovallei) o las vaquitas del desierto (Familia Tenebrionidae), insectos con un ciclo de vida asociado al desierto florido.
Protejamos nuestro patrimonio natural, para gozar de un medio ambiente sano y completo, dejando las belleza de las geófitas para las generaciones venideras.

Garra de león (foto de Andrea Ugarte).