Hace un tiempo que quería escribir sobre el agua dulce, de ríos y lagos principalmente. Es, después de todo, un elemento vital para la vida en tierra firme. En Los ciclos del Agua Dulce les hablaré de dos ciclos que pasa este fantástico elemento: su recorrido desde las montañas hasta el mar y su ciclo a medida que pasan las estaciones del año. En este artículo les hablaré del primero.
patos cortacorrientes (Merganetta armata), un ave acuática que vive exclusivamente en los ríos caudalosos, alimentándose de invertebrados de agua dulce. Este pato salvaje es un animal representativo a la hora de hablar de los ríos poderosos que cruzan nuestro territorio (foto de Benito Rosende).
El recorrido del agua dulce es un fantástico evento que empieza en las montañas: los grandes ríos tienen un origen humilde en la forma de pequeños esteros y cursos de agua que se unen con sus hermanos para formar serpientes de agua que culebrean montaña abajo creciendo cada vez mas al unirse con otros cuerpos de agua.
En su nacimiento estos cursos de agua se alimentan de las lluvias invernales y los deshielos primaverales además de, increíblemente, las mismas aguas del curso mas abajo en su recorrido. Parte de estas aguas se filtran por la tierra y vuelven montaña arriba para empezar el ciclo de nuevo. Así es, el agua sube bajo tierra hacia lo alto de las montañas para volver a integrarse a los cursos de agua que se deslizan en la superficie del suelo.
Estos riachuelos nacen en lo alto de las montañas, donde no crecen árboles, solo pequeños matorrales y hierbas por las condiciones extremas del terreno. Las aguas pueden también crear pequeños bofedales de altura en sus orillas donde hierbas compactas se desarrollan y alimentan animales como la vizcacha (Lagidium sp.).
A medida que se unen estos riachuelos y bajan, las condiciones del ambiente cambian y se encuentran en el territorio de los árboles que crecen mas alto: la queñoa (Polylepis sp.) en el norte, el frangel (Kegeneckia angustifolia) en la zona central y el pehuén (Araucaria araucana) en el sur.
Luego se ven cada vez mas árboles y mas diversos, atravesando bosques que ellos mismos sustentan con su aporte hídrico. Entonces nos encontramos con árboles como los sauces (Salix humboldtiana y Salix babilonica), peumos (Cryptocarya alba) o pataguas (Crinodendron patagua). Gracias a estas aguas se mantienen también helechos, chilcos (Fuchsia magellanica), etc. Lo destacable de esta vegetación es que le permite al agua filtrarse bajo tierra y subir a las montañas
El agua sigue bajando uniéndose con sus congéneres acuosos para dar origen a ríos grandes como el Baker, el Loa, el río Colorado o el Maipo. Algunos forman remansos de agua dando origen a lagunas de aguas calmas donde llegan distintas aves acuáticas, coipos (Myocastor coypus), etc.
No todos estos lagos generan ríos sobre la superficie, a veces el agua escapa de ellos bajo tierra, por canales subterráneos. Estos canales subterráneos siguen su curso bajo tierra y pueden brindar agua a árboles de alto requerimiento hídrico en lugares donde aparentemente no corre agua. Estos fluyen y fluyen para luego tributar en otros ríos, en ocasiones en la forma de fantásticas cascadas que salen de la roca cubierta de vegetación.
Estos ríos, antes de morir en el mar, suelen formar deltas. Es decir, el rió no llega como tal al mar si no que sus aguas se "esparcen" formando pantanos y humedales antes de tributar sus aguas al mar. Estos ambientes son muy ricos en vida animal, principalmente aves acuáticas que viven allí todo el año o que hacen escala en estos hábitats durante sus migraciones. Luego de este largo recorrido, las aguas dulces se vuelven saladas al entrar al mar, finalizando un proceso que empieza miles de metros mas arriba, en lo alto de las montañas.
Así es como este ciclo de agua, tan complejo y aún con matices por descubrir, se vuelve eterno, termina y vuelve a empezar en un proceso que interactúa con la vegetación y el paisaje, determinándose mutuamente a lo largo del tiempo. Los ciclos del agua dulce esconden muchos secretos aún, especies por descubrir y estudiar, su relación con el viaje del agua a través de nuestro país. El agua dulce es un recurso vital no solo para los demás animales y las plantas, si no para nosotros, estamos atados a la suerte del agua dulce ¿Que le depara a un pueblo cuando no cuida de este elemento? Protejamos nuestros ríos y lagos, de ellos dependemos.
En su nacimiento estos cursos de agua se alimentan de las lluvias invernales y los deshielos primaverales además de, increíblemente, las mismas aguas del curso mas abajo en su recorrido. Parte de estas aguas se filtran por la tierra y vuelven montaña arriba para empezar el ciclo de nuevo. Así es, el agua sube bajo tierra hacia lo alto de las montañas para volver a integrarse a los cursos de agua que se deslizan en la superficie del suelo.
En esta imagen apreciamos claramente como el agua realmente brota de la tierra, esto es cercano al glaciar El Morado (foto de Benito Rosende)
Estos riachuelos nacen en lo alto de las montañas, donde no crecen árboles, solo pequeños matorrales y hierbas por las condiciones extremas del terreno. Las aguas pueden también crear pequeños bofedales de altura en sus orillas donde hierbas compactas se desarrollan y alimentan animales como la vizcacha (Lagidium sp.).
En estos cursos de agua crecen plantas que no podrían soportar las condiciones de sequedad fuera de la influencia del estero (foto de Juan Pablo Salgado)
Estero en La Parva, RM (foto de Juan Pablo Salgado)
A medida que se unen estos riachuelos y bajan, las condiciones del ambiente cambian y se encuentran en el territorio de los árboles que crecen mas alto: la queñoa (Polylepis sp.) en el norte, el frangel (Kegeneckia angustifolia) en la zona central y el pehuén (Araucaria araucana) en el sur.
Luego se ven cada vez mas árboles y mas diversos, atravesando bosques que ellos mismos sustentan con su aporte hídrico. Entonces nos encontramos con árboles como los sauces (Salix humboldtiana y Salix babilonica), peumos (Cryptocarya alba) o pataguas (Crinodendron patagua). Gracias a estas aguas se mantienen también helechos, chilcos (Fuchsia magellanica), etc. Lo destacable de esta vegetación es que le permite al agua filtrarse bajo tierra y subir a las montañas
De los pequeños esteros no solo dependen las plantas, si no también los animales como esta lagartija tenue macho Liolaemus tenuis (foto de Juan Pablo Salgado)
El agua sigue bajando uniéndose con sus congéneres acuosos para dar origen a ríos grandes como el Baker, el Loa, el río Colorado o el Maipo. Algunos forman remansos de agua dando origen a lagunas de aguas calmas donde llegan distintas aves acuáticas, coipos (Myocastor coypus), etc.
No todos estos lagos generan ríos sobre la superficie, a veces el agua escapa de ellos bajo tierra, por canales subterráneos. Estos canales subterráneos siguen su curso bajo tierra y pueden brindar agua a árboles de alto requerimiento hídrico en lugares donde aparentemente no corre agua. Estos fluyen y fluyen para luego tributar en otros ríos, en ocasiones en la forma de fantásticas cascadas que salen de la roca cubierta de vegetación.
foto de Benito Rosende
Estos ríos, antes de morir en el mar, suelen formar deltas. Es decir, el rió no llega como tal al mar si no que sus aguas se "esparcen" formando pantanos y humedales antes de tributar sus aguas al mar. Estos ambientes son muy ricos en vida animal, principalmente aves acuáticas que viven allí todo el año o que hacen escala en estos hábitats durante sus migraciones. Luego de este largo recorrido, las aguas dulces se vuelven saladas al entrar al mar, finalizando un proceso que empieza miles de metros mas arriba, en lo alto de las montañas.
Humedal de Tunquén (foto de Benito Rosende)
Así es como este ciclo de agua, tan complejo y aún con matices por descubrir, se vuelve eterno, termina y vuelve a empezar en un proceso que interactúa con la vegetación y el paisaje, determinándose mutuamente a lo largo del tiempo. Los ciclos del agua dulce esconden muchos secretos aún, especies por descubrir y estudiar, su relación con el viaje del agua a través de nuestro país. El agua dulce es un recurso vital no solo para los demás animales y las plantas, si no para nosotros, estamos atados a la suerte del agua dulce ¿Que le depara a un pueblo cuando no cuida de este elemento? Protejamos nuestros ríos y lagos, de ellos dependemos.
Río Baker, de aguas aún inexploradas por su turbulencia, sin mencionar que estas son heladas ¿que secretos esconde este poderoso río? ¿que peces e invertebrados vivirán allí a la espera de ser descubiertos por el hombre? (foto de www.wikipedia.org)